Somos Todos

Monday, July 17, 2006

Me quedo con las vacas

Entre el estruendo enloquecedor de los vendedores de discos piratas, sobre la basura regada por paseantes y vendedores, junto al desorden medio jubiloso, medio rabioso de la marcha, se yergue en las banquetas de la Avenida Juárez un ejército bien formado de espectaculares que cantan la versión perredista de su derrota en las urnas. Estos espectaculares, para los que no los han visto, están hechos de una lona pesada, plastificada, y miden unos dos metros de alto por cuatro de ancho o más. Están unidos entre sí por tubos metálicos bien plantados en el suelo, y forman a lo largo de las banquetas de la Av. Juárez figuras que, vistas desde arriba, serían triángulos, rombos, cuadriláteros. Son unas estructuras carísimas, de una calidad que ya quisiéramos para la ciudad. ¿Quién las está pagando, el gobierno del DF con los impuestos que pagamos todos?

Estos espectaculares acusan de fraude electoral; pero sobre todo, se regodean en el insulto. El insulto que se quiere hacer chistoso. El que se cree sutil y llama Fecal a Calderón, creyendo que la alusión escatológica conquistará la legitimidad de la protesta. El que lo hace en verso, el que moja el pincel de sus dibujos en un odio burdo, amargo.

La marcha, ya lo ha dicho todo el mundo, fue imponente. Muy útil, si las elecciones se ganaran con multitudes gritando versos sosos en una plaza pública. Triste, dado el ambiente de realidad virtual y los dilemas falsos que está creando. Trágico, si consideramos que AMLO está dispuesto a sacrificarlo todo, el país incluido, por su ambición desmedida de poder. Cómico, si no fuera tan grave, el impacto de sus berrinches en el resto de la sociedad y en la consolidación de nuestras instituciones.

Ojalá el Trife no se deje intimidar por los “campamentos” perredistas instalados fuera de los 27 consejos distritales; ojalá no se deje intimidar por la amenaza soterrada de violencia y de ingobernabilidad; ojalá no se deje intimidar, como papá de niño malcriado, por los escándalos de la criatura.

Francamente, para decoración de las banquetas, las vacas estuvieron más divertidas.

Thursday, July 06, 2006

Dos joyas electorales y un taxi bajo la lluvia


“Si los pobres votamos por López Obrador y si somos más los pobres que los ricos, entonces tiene que haber ganado el PRD.”

“El PRI se robó las elecciones por años y el PAN quién sabe qué tanto haya robado, así que ahora le toca robar al PRD.”

Ambas son frases de radioescuchas el lunes en la mañana, y creo que reflejan bastante bien la actitud que todavía tiene un gran número de mexicanos respecto a las elecciones, a la legalidad y a la realidad en México.

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Bajo la lluvia del viernes en la noche, los pocos taxis que pasan son piratas. Llega incluso un coche blanco, con placas del Estado de México, que se para y me asegura que es taxi, que él me lleva. Se para otro, éste sí pintado de taxi, que me sugiere que me suba al del Estado, porque no voy a encontrar a otro a esa hora y con la lluvia. Yo salgo corriendo, segura de que algo traman. Una cuadra y diez minutos más adelante, con alivio paro a un taxi legal, y le hago un comentario sobre la cantidad de taxis piratas.

“Es la pobreza”, me asegura con un tono de cansancio.
“O las mafias” aventuro yo.
“Yo ando en uno de éstos porque no tengo lana; pero si pudiera, pintaría yo un carro de taxi, para qué tanto complicarse.”

Cuando me bajo, veo un gran letrero de “sonríe” sobre uno de “Marcelo” en su vidrio de atrás.

Parece que hemos aprendido que la única forma de avanzar es el oportunismo y el desprecio por la ley. ¿Dónde empezó? ¿No ha sido justamente éste el ejemplo del gobierno perredista en el DF durante años? ¿No es eso lo que se premia? Nuestro liderazgo refleja actitudes malsanas de la ciudadanía –¿o es al revés? Lo cierto es que acabamos teniendo el gobierno que nos merecemos.