Somos Todos

Wednesday, June 27, 2012

Cacarear el huevo


Se ha vuelto lugar común decir que México no crece, que los países de América del sur están mejor que nosotros y que nuestro modelo de desarrollo ha fallado. Sin embargo, un análisis desapasionado (que no pretende ser extensivo) muestra que las políticas que se han aplicado desde hace aproximadamente 15 años nos han dado un periodo de estabilidad macroeconómica y reorientación de capacidades productivas como no lo habíamos tenido desde la época del llamado Desarrollo Estabilizador. La ventaja ahora es que nuestra economía está más abierta, es más sólida que entonces y tenemos un monto impresionante de reservas internacionales.
Por ejemplo, ahora crecemos a un ritmo de alrededor de 3.5%. Aunque es deseable crecer más rápidamente, casos como el argentino muestran que tampoco podemos crecer de forma desbocada sin pagar las consecuencias. (Argentina, por cierto, este año bajará su crecimiento de 9 a 2.2%, y eso con una inflación del 25% y un creciente mercado negro de compra de dólares.) De los países de la OCDE, sólo Chile nos superará este año en crecimiento.
Hemos superado, durante este periodo, el peligro de la inflación, que hemos logrado mantener en alrededor del 3 a 4% (recordemos que ésta es el impuesto más regresivo por su incidencia en el poder de compra de los más pobres). Y logramos recuperarnos con relativa rapidez de la crisis del 2008 (nuestro PIB creció en 5.5% en 2010 y en 3.9% en 2011, después del desplome de 6.2% del 2009. Como dato adicional, la producción de EEUU todavía se encuentra 3.3% por debajo del nivel anterior a diciembre del 2007). La pobreza alimentaria, que había bajado hasta la crisis del 2008 y se disparó durante los dos años posteriores, empieza a disminuir y todo indica que será de sólo un dígito en los próximos años.
Todo esto sin las temidas crisis de fin de sexenio que devaluaban el peso y daban al traste con buena parte de los logros de los años anteriores.
El crecimiento de México es hoy, también, mucho más sólido de lo que era hace algunos años: nuestras exportaciones son fundamentalmente de bienes manufacturados (80% del total), a diferencia de las de las economías sudamericanas, que crecieron sobre todo gracias al boom de materias primas alentado por las necesidades de China. El comercio exterior de México representa hoy el 61% de la economía, a diferencia del 17% de hace 30 años.
Las reglas e instituciones que nos hemos dado para el control del gasto público y la relativa salud de las finanzas gubernamentales han hecho que nuestro déficit fuera del 2.5% en el 2011 (contra, por ejemplo, un 8.6% en EEUU). Nuestra deuda también está estable, en 27% del PIB, mientras la de Estados Unidos es de 98%, por no mencionar a las de algunas economías europeas, de más del 100%.
En desarrollo humano, el índice de México es mejor que el de los BRICs. En México hoy se gradúan más ingenieros que en Alemania, Brasil o España. Y hay algunas ramas manufactureras, como la automovilística, en que ocupamos el octavo lugar a nivel mundial (por arriba de Canadá, Francia y España).
Nuestra competitividad industrial, lograda con muchos trabajos y poco reconocimiento, es la trigésima a nivel mundial según la ONUDI. Nuestra participación en el mercado mundial es del 1.42%, sólo un poco por debajo de la brasileña y la india (pero recordemos que también nuestra población es sustancialmente menor a ambas), y nuestra economía la decimocuarta del mundo, con la undécima mayor población.
Es cierto que sin el boicot sistemático de los últimos seis años a todas las iniciativas de reforma, estaríamos mejor. Pero pensemos en el esfuerzo que ha significado la modernización del SAT en cuanto a las facilidades para realizar las operaciones por internet, en la existencia de los Institutos de Transparencia que aseguran que los ciudadanos puedan conocer el estado de diversos aspectos de la administración pública, la simplificación de trámites como los de obtención de pasaportes o de registro de empresas.
Desde luego, esto no nos hace un país desarrollado. Pero no podemos ignorar los logros, y tampoco debemos seguir viéndonos a nosotros mismos como un fracaso. Se dicen muchas cosas en tiempos electorales, pero necesitamos empezar a entender nuestras fortalezas para seguir construyendo sobre ellas, o terminaremos por tomar decisiones que destruyan lo que hemos logrado.

Tuesday, June 19, 2012

Por qué no voy a votar por AMLO



 1.     Porque entre el 2000 y el 2004 el crecimiento del producto en el DF fue inferior al crecimiento promedio del resto de los estados. Porque el empleo formal entre 2000 y 2005 creció menos en el DF que en el resto del país. Porque sigue sin explicar cómo logrará el crecimiento que promete para el país y cómo creará los 7 millones de empleos que ha ofrecido (su trayectoria como gobernador del DF no ofrece ninguna clave porque no logró ni mayor empleo ni mayor producto).

2.     Porque nunca logró los ahorros de 3,000 MDP que prometió al tomar posesión en el 2000. ¿Qué nos hace pensar que, si no logró ahorros en su propia administración de una ciudad, los logrará en la de todo un país compuesto de municipios y estados cuyos gobiernos no controlará?

3.     Porque se burló de los más de 700,000 ciudadanos que en 2004 se manifestaron contra la creciente inseguridad en la ciudad, y no ofreció ningún remedio para revertirla.

4.     Porque se negó a promulgar la Ley de Transparencia en el DF. Porque cuando finalmente cedió a la presión para hacerlo, no les dio oficinas, y porque modificó la ley para poder nombrar consejeros a modo.

5.     Porque endeudó a la ciudad (más de 13,000 MDP de deuda pública) sin aclarar para qué se usaría el dinero y sin rendir cuentas. Porque impidió que se abriera la cuenta (pública) sobre los segundos pisos del periférico.

6.     Porque durante su gobierno en el DF no se construyeron bibliotecas públicas, albercas, centros deportivos, parques u otras instalaciones permanentes. El dinero se usó, en cambio, en bailes, conciertos y otras diversiones efímeras que no dejaron nada tangible a las zonas más pobres de la ciudad.

7.     Porque, habiendo tenido la oportunidad de ser una oposición leal, no hizo nada por el país durante los últimos 6 años y sólo estorbó cualquier acuerdo que diera crecimiento al país. Habla del crecimiento en América del sur, pero no menciona el hecho de que los opositores en, por ejemplo, Brasil, hablan con Fernando Henrique Cardoso. En México… con Noroña.

8.     Porque se dice de izquierda pero sus propuestas son profundamente regresivas, como el subsidio a la gasolina, la construcción de refinerías, la eliminación del IETU y hasta la inversión en segundos pisos para coches en vez de en transporte público.

9.     Porque se queja de las privatizaciones pero durante su gobierno en el DF hubo una enorme privatización del espacio público al entregarles las banquetas y los metros a los ambulantes, las calles a los franeleros, el zócalo a quien quiera que se oponga al gobierno federal y el transporte “público” a las empresas microbuseras.

10. Porque todas las veces que ha perdido elecciones (1991, 1995, 2006) ha despreciado la voluntad popular y ha querido imponerse mediante manifestaciones, tomas de instalaciones y otros costosos berrinches.

11. Porque se dice demócrata pero no cree en las elecciones: ha declarado que “este país no avanza con procesos electorales, avanza con movilizaciones sociales”.

12. Porque AMLO no gobierna, sino moviliza. No toma decisiones: hace referendos.

13. Porque desconoce las ventajas que ha traído al país el TLCAN y porque no cree en los beneficios del comercio exterior. Tampoco ha ofrecido alternativas que promuevan el desarrollo.

14. Porque en 1993 su gente secuestró (Villa Benito Juárez, Tabasco) a 17 personas enviadas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos para verificar las denuncias de campesinos damnificados por obras de Pemex. Durante 6 días llevaron a estos secuestrados, amordazados, a distintos pueblos en un intento de presionar a Pemex a entregar 12,000 MDP a miembros del PRD.

15. Porque, incluso si él es honesto, nunca tuvo control sobre lo que hacían sus subalternos como Ponce (¡Secretario de Finanzas de su gobierno!), que se jugaba nuestros impuestos en Las Vegas, o Bejarano, el corrupto (operador político) que aceptaba miles de dólares de contratistas. Y porque cuando se descubrieron estos hechos, AMLO los minimizó, aduciendo un “complot” en su contra.

16. Porque cuando el linchamiento de Magdalena Petlacalco, no hizo nada, alegando que era “la manera comunitaria” como actuaban esas poblaciones, con cuyas creencias no había que meterse.

17. Porque, en sus palabras, una “ley que no es justa no sirve”, con lo que justifica su desconocimiento de cualquier ley que no le convenga personalmente.

18. Porque es imposible crear 7 millones de empleos en los próximos años y mantener las políticas macroeconómicas que aseguren que no volvamos a caer en una espiral inflacionaria.

19. Porque nunca hubo un padrón de los “adultos mayores” a los que les repartió dinero en el DF entre 2000 y 2006. Porque desmanteló la cuidadosamente elaborada red de apoyos sociales de Cárdenas en el DF y la sustituyó con programas populistas y visibles pero sin planeación y sin control.


Wednesday, June 13, 2012

Elegir a ciegas



Un señor cuya camiseta dice, en la espalda, “nos conviene a todos” corre desde la pick-up (estacionada en doble fila y con el motor prendido) con los brazos llenos de rollos de plástico, deja en el suelo todos los rollos menos uno y se sube ágilmente por la escalera de mano detenida en un poste. En ese mismo poste hay, ya, carteles de un material plástico con otras dos caras: una sugiere “por más seguridad y menos crimen”; la otra, “+ certeza + futuro”.
El señor que trepa hace todo lo posible por rasgar las otras caras durante su ascenso, y finalmente cuelga su propio cartel (la cara aquí dice, como su camiseta, “nos conviene a todos”) encima de los demás, antes de bajar a toda prisa, recoger los demás carteles y correr hacia el siguiente poste. La misma operación sucede en las tres o cuatro cuadras aledañas, con por lo menos seis pick-ups a la vista.
Estacionados en doble fila del otro lado de la calle hay tres camioncitos idénticos con anuncios idénticos donde urgen al público a votar por un candidato que, en su vida académica, era ecologista. Los camioncitos están encendidos, contaminando y estorbando, y en cuanto se incorporen al tránsito, empeorarán los embotellamientos.
Los ciudadanos tenemos, pues, tres slogans, tres caras, toneladas de materiales plásticos (algunos ya medio arrancados) colgando de todos nuestros postes, y unos camiones estorbosos. Y ya. No tenemos ni la más recóndita idea de por qué uno nos conviene a todos, o qué nos va a dar más certeza, ni, desde luego, cómo se va a sustituir al crimen con la seguridad.
Tristemente, una de las consecuencias de la contrarreforma del 2007 fue que se prohíbe la discusión, el debate, la exposición de las ideas. Esto, que sucede en mi delegación (voy a votar a ciegas, por quien pienso que le hará menos daño a mi colonia), sucede de un modo aún más dramático respecto de los aspirantes al congreso, y llega hasta la elección presidencial.
Un extranjero con quien comentaba hace poco la elección me preguntó, asombrado, cómo le podíamos llamar democracia al acto de elegir entre programas que no conocemos, representados por políticos que no sabemos cómo piensan, y por partidos a quienes no tenemos forma de reclamarles nada de lo que hagan.
Y sí, es interesante. Es triste. Pero es a lo que los políticos han llevado a nuestra democracia.

Monday, June 11, 2012

Mentiras para parecer verdades


Es interesante cómo, aunque no sean ciertas, las cosas que se repiten suficientes veces acaban sintiéndose como la verdad. Anoche en el debate AMLO repitió muchísimas veces que él sabía gobernar, que había gobernado, que la ciudad se había beneficiado de su experiencia como gobernante.

Curioso, porque, a pesar de lo que se repite ahora como un mantra, la ciudad empeoró considerablemente durante su gobierno: la ilegalidad, el ambulantaje, la profusión de transporte “público” (microbuses privados, concesionados quién sabe cómo), la suciedad y, sí, la corrupción, se dispararon. Nunca como durante su sexenio se había extendido de tal forma la ilegalidad en todos los aspectos de la vida común. A partir de entonces, ver al crimen organizado operando bajo la mirada de los policías en cualquier banqueta o cualquier metro ya no nos sorprende. Saber de cobros equivalentes a los de derecho de piso por parte de empleados del GDF, sufrir a los franeleros o atorarnos en las manifestaciones, tampoco.

Pero el hecho es que no invirtió un solo peso en el Metro, no hizo nada por los peatones, estorbó el trabajo honesto de los taxistas con los “panteras” y los “tolerados”, construyó las estaciones del Metrobús con tal descuido que tuvieron que reconstruirse en el 2007… e hizo el segundo piso del periférico (grandes secciones del cual también necesitaron reconstrucción durante los primeros meses del gobierno de Ebrard) para los ricos. Se hicieron, eso sí, algunos referendos (gobernar, por cierto, no es pedir opinión: es tomar decisiones), muchas manifestaciones, montones de protestas y varios insultos a las clases medias y a los contribuyentes.

Ya no tiene caso volver a repetir los estudios que señalan al DF como la entidad más corrupta (o de las más corruptas) durante su gobierno. Tampoco recordar dónde vive él o el nivel de precios de sus gustos (y los de su hijo) en el vestido y el calzado. Manejar un coche viejo no lo hace a uno honesto.

Lo habría hecho honesto hacer algo porque Bejarano no se embolsara millones de dólares. Lo habría hecho honesto evitar que Ponce se fuera a jugar nuestros impuestos a las Vegas. No enterarse de lo que hacía su gente, por muy honesto que hubiera sido él personalmente –si lo fue--, lo hace mal gobernante. La ignorancia no exime a nadie del cumplimento de la ley. Mucho menos cuando los que la incumplen están a nuestras órdenes.


Thursday, June 07, 2012

¿Partidos o candidatos?


Retomo el blog que escribía hace algunos años. Releí lo escrito, y veo que es casi todo política. En épocas electorales, es prácticamente imposible no referirse a lo que está pasando ante la proximidad de las elecciones, aunque espero que esto vaya convirtiéndose en algo más.

Empiezo haciendo referencia a un hecho que no deja de ser curioso porque haya sido ya muy comentado: en enero de este año, el Partido del Trabajo en México publicó un texto lamentando la muerte de Kim Jong Il, “líder del pueblo de Corea del Norte, y quien con gran sabiduría condujo a los norcoreanos por el camino de la paz y el desarrollo económico, político, social y cultural.” Llama la atención, desde luego, su referencia al desarrollo, en uno de los pueblos más hambrientos, pobres y oprimidos del planeta.

Traigo esto a colación porque sería de mucha ayuda para los votantes saber qué querría decir esta visión sobre el desarrollo económico, político, social y cultural en caso de que López Obrador ganara la presidencia de la república, siendo el PT uno de los partidos que ganarían con él.

Cito textualmente del editorial de Jesús Silva-Herzog Márquez del 2 de enero: “De todas las autocracias contemporáneas no hay ninguna política tan grotesca, tan abominable, tan contraria a los derechos elementales, tan perniciosa para su población como el totalitarismo norcoreano que los petistas elogian. Corea del Norte es lo peor de lo peor, la mayor opresión política, la mayor miseria económica del planeta, decía con justicia Christopher Hitchens.”

La spotización por ley de estas elecciones permite que cualquier candidato diga casi cualquier cosa, sin dar ninguna luz sobre la manera en que lo haría. Creo que es hora de que vayamos llamándolos a cuentas, tanto sobre la forma en que cumplirían sus promesas de campaña tanto como sobre los compromisos y pronunciamientos de sus partidos.